La Cartuja
Breve historia del origen y construcción de la Cartuja
En 1458, el Prior y la Comunidad del Monasterio del Paular trataron de hacer otra Casa de la Orden, contando con la hacienda y renta de su Cartuja. Acudieron al Prior de la Cuevas de Sevilla, Visitador de la Provincia, quien satisfecho con la idea, quiso consultar con los Priores de las Casas de Aniago y de Miraflores, quedando conformes con la idea y donando parte de sus bienes, para dotar al nuevo Monasterio.
El 5 de enero de 1459 se realiza la Escritura en lengua latina, como testimonio y compromiso de su decisión. Con la muerte del Padre Visitador, el proyecto de la nueva Cartuja se paralizo hasta 1506, en el que fue nombrado Prior del Paular el Padre Don Diego de Lujan.
Una vez conseguidas las licencias necesarias se inició la búsqueda para su construcción por los reinos de Galicia, Castilla y León, contentándose al fin con un lugar cerca de Zamora, donde fue negado su emplazamiento por grupos de Seglares en desacuerdo por la ubicación del Monasterio. Durante los siete siguientes años, el Padre Visitador continuo buscando un nuevo emplazamiento, hasta que se dio la circunstancia de que se pusiese en contacto con el Gran Capitán, quien le ofreció un lugar en Granada.
Así, por esta serie de impensadas circunstancias, vino a erigirse el deseado Monasterio dependiente del Paular, en el Reino de Granada y a la vista de la propia ciudad.